El 25 de Abril es el día de San Marcos y en la zona donde vive mi familia (pero yo no, muy a mi pesar) hay una tradición muy bonita entre madrinas y ahijados. La tradición marca que el día de San Marcos las madrinas les regalan a sus ahijados, hasta el día que se casan (hoy en día no tanto), un bizcochito decorado con plumas de colores, huevos teñidos de diferentes colores, chuches y un pollito. Estas cositas van cambiando porque ahora en lugar de huevos cocidos teñidos de colores se ponen huevos de chocolate porque a los niños les gustan más pero casi todo el mundo compra la torta y al final poco tiene que ver con lo que entendemos que hacían las madrinas, como buenamente podían, en sus casas.
Una vez recibido el regalo, las madrinas y ahijados debían ir a bendecir la opila a misa o a la romería de San Marcos, y allí, en el monte, comer el pastel. Hoy en día a misa no va nadie pero el domingo más cercano al día de San Marcos, sí que se sube al fuerte de San Marcos en Errenteria para celebrar una bonita romería.
El número de huevos va con la edad del niñ@ en cuestión (4 años = 4 huevos).
Una vez encontré esto en internet para teñir huevos. Yo no lo he hecho nunca pero tiene buena pinta. Teñir huevos y teñir huevos de forma natural. Si buscáis en internet salen montones de opciones.
Y aquí podéis ver una opila de pastelería.
Y aquí se explica bastante mejor y más claro el tema de la tradición.
Y ahora mi opila (esto se lee "opilla"). Este año se pasó el día de San Marcos y no me di ni cuenta que yo también tengo una ahijadita preciosa, así que al par de días caigo del guindo y me doy cuenta que no le he hecho la opila. Así que ya con menos prisa hice esta torta versión Miranda, digo yo porque hice un apaño con lo que pude conseguir en mi pueblo de ahora.
El pollito era de gominola y la casita no se suele poner pero me gustó. Las plumas sólo de un color pero a la niña le gustaron, teniendo en cuenta que no tiene ni un año, bastante. Los huevos de chocolate, los lacasitos y las chuches las pegué al bizcocho con chocolate blanco derretido. Unas virutitas de colores para animar y el bizcocho era un Madeira Cake pero mi tm no pesó bien la mantequilla y le eché de más, así que parecía un poco sobao. Nos gustó a todos, así que nada.
Y las fotillos:
En definitiva, aunque no sea para San Marcos es una tartita muy vistosa para los niños en cualquier ocasión y nada complicada de hacer.
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sábado, 12 de junio de 2010
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Oye, qué bonita te quedó. Y qué apañada, con pollito y todo. ¿Dónde compraste las plumas?
ResponderEliminarEste año he visto unos kits para hacer tu propia opila (precisamente en la pastelería de donde has puesto la foto, je, je) donde venía la decoración y algún ingrediente, no recuerdo bien, pero valía una pasta, ¡y eso que venía sin hacer! Si al final, siendo un poco mañosa sale todo más original y más barato...
Gracias Kizkur. Las plumas y el pollito los compré en una pastelería de aquí de Miranda. Pero he visto las plumas buenas en una pastelería en Amara. Si te interesa, te digo dónde.
ResponderEliminarEl año que viene no me pillará tan desprevenida.